CONSEJOS PARA CUIDAR UN VEHICULO CON PINTURA NEGRA

Pocos coches negros se ven hoy en día por la calle, en comparación con otras épocas y al margen de los vehículos oficiales. Parece mentira que cuando el automóvil empezaba a despuntar, Henry Ford dijera aquello de “Un cliente puede tener su coche del color que desee, siempre y cuando desee que sea negro”, frase de la que por cierto, te hablamos aquí.

Pero volviendo al negro, sin duda es un color con el que muchos tienen una relación de amor-odio. Un coche negro es sinónimo de elegancia, sobriedad y buen gusto.Pero también es un coche con un color delicado al que hay que cuidar para que muestre toda su belleza y esplendor. Si lo has tenido ya sabes de qué hablamos, y si no, seguro que se lo has oído comentar a alguien.

Y es que la pintura negra de un coche es preciosa, pero “poco sufrida”. El polvo y los arañazos son sus grandes enemigos. ¿Cómo evitarlos o minimizarlos? Lo primero es limpiar con mucha, mucha frecuencia el coche. Lo mejor es utilizar productos especializados y no frotar jamás antes de haber limpiado la carrocería, o de lo contrario provocaremos rasguños y arañazos, que en esta pintura parecen más visibles que en las demás. Los paños de microfibra serán los más adecuados, pero se debe procurar no limpiar el coche con movimientos circulares sino siguiendo las líneas del coche.

Un buen encerado también ayudará a mantener la belleza de este color: aporta protección y además brillo.